Sábado 20 de Abril de 2024 Resistencia - Chaco
 
 
 
 
 
 
Economía
Informe GAES NEA: El desafío ahora es darle sustento a la baja del gasto
En la primera mitad del año se observa una importante caída del déficit fiscal. No menos relevante es que se dio no tanto por aumento en los ingresos sino porque los gastos crecieron mucho menos que la inflación.
La clave ahora es rápidamente reorganizar al Estado para darle sostenibilidad al proceso.

Se dieron a conocer los resultados del Sector Público Nacional correspondientes al primer semestre del 2018.

El déficit fiscal primario (antes del pago de intereses) bajó respecto a igual período del año anterior desde $144 mil a $106 mil millones.

Esta reducción es casi equivalente al incremento en los pagos de intereses de deuda que pasaron desde $111 mil a $145 mil millones.

Así, el déficit fiscal total bajó levemente desde $256 mil a $251 mil millones entre el primer semestre del 2017 y el primer semestre del 2018.

En el marco de la alta inflación prevaleciente, que el déficit fiscal no crezca nominalmente implica una importante reducción medida en términos de moneda constante.

Todavía es rápido sacar conclusiones debido a que se trata de medio año y en parte se puede explicar por una mayor propensión a diferir pagos.

Pero es auspicioso el cambio de tendencia. Desde el 2010 que no se registraba una reducción nominal del déficit fiscal.

Otro punto importante para analizar es cómo se logró este incipiente pero alentador proceso.

Según la información publicada por el Ministerio de Hacienda, se observa que:
• En el 2016 los ingresos públicos crecieron a una tasa del 35% anual mientras que el gasto público total lo hizo al 40% anual, muy similar a la inflación (41%).
• En el 2017 los ingresos públicos crecieron a razón del 23% anual mientras que el gasto público total creció al 25% anual, igual que la inflación (25%).
• En los primeros 6 meses del 2018 los ingresos públicos crecieron al 26% interanual mientras que el gasto público total lo hizo al 20%, por debajo de la inflación (26%).

Estos datos muestran que el quiebre de tendencia del déficit fiscal se explica fundamentalmente por una fuerte desaceleración del gasto público.

Mientras que en el 2016 y 2017 el gasto público creció a igual ritmo que la inflación, en el primer semestre del 2018 fueron los ingresos los que aumentaron como la inflación mientras que el incremento nominal del gasto público fue unos 6 puntos porcentuales inferior.

La austeridad estuvo concentrada en los subsidios económicos, las transferencias discrecionales a provincias y especialmente en la inversión pública.

La contención de estos gastos alcanzó para más que compensar el incremento del gasto en jubilaciones y pensiones que sigue creciendo muy por encima de la inflación.

Para que este cambio de tendencia sea financiera, social y políticamente sostenible es fundamental reactivar la producción.

Por eso, es clave sostener el cronograma de reducción de impuestos distorsivos.

Parte de los impactos negativos sobre la recaudación deberían ser compensados con adecuaciones de otros impuestos (como fortalecer los tributos patrimoniales y eliminar exenciones, entre otros) y bajas en la evasión.

Pero lo más importante ahora es profundizar y darle sustento a la reducción del gasto.

Informe GAES NEA
Por:Cra.Masotti



Viernes, 27 de julio de 2018
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